La circulación de los vehículos ferroviarios impone en las vías esfuerzos, que se hacen mas significativos en la medida que se elevan las cargas y las velocidades aumentan. Estos esfuerzo son a su vez soportados por la vía propiamente dicha, provocando un desgaste de los materiales y una fatiga en las uniones, en el balastro y la plataforma, conduciendo entonces en un lapso más o menos breve, a alteraciones de la nivelación y de la alineación.
Los fenómenos atmosféricos, químicos, electrolíticos y bacteriológicos son la causa de una destrucción, más o menos lenta, de los elementos constituidos de la vía, expresados en la oxidación de los materiales metálicos, rajaduras y podredumbre de durmientes de madera, o bien en la corrosión del concreto para el caso de durmientes construidos en concreto.
En cuanto a los fenómenos atmosféricos los factores de la lluvia, cambios de temperatura y a veces también la sequedad, son bastante a menudo, la causa de inconvenientes en la plataforma de las vías, ya que se traducen en una disminución en la resistencia de ésta, que se refleja sobre todo, en su estado de nivelación y de alineación.
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